domingo, 21 de febrero de 2016

Tres BODAS y un FESTIVAL




Desesperadamente ansiosa pero ilusionada me he encontrado durante todo este tiempo para traerles, el que para mí, es mi mejor post. Un post increíblemente especial y anténtico no solo por las personas que lo protagonizan,  sino también por otras muchas razones que les iré desvelando.

Septiembre del año pasado fue un mes que si les confieso la verdad, se me hizo largo, eterno, infinitoooo. Pensé que nunca terminaría, el estrés me abordaba a todas horas y la energía se me agotaba por segundos.

He vivido en primera persona los nervios, las ganas, los llantos, las alegrías, las agonías y la magia de las bodas a las que he asistido por tratarse de personas inmensamente importantes para mí.
Ahora, a posteriori, doy las gracias por hacerme participe de vuestros momentos mas débiles porque comparados con los mágicos, aquellos se desvanecen.



Comenzaré hablando de la primera boda de mi maratón nupcial de 2015, la boda de Cande y Loren.
¿Qué puedo decir de Loren? Pues poco la verdad! Sé que es un hombre hiperactivo, trabajador, un gran jinete y sobre todo excepcional, por querer a Cande, una persona tan importante en mi vida laboral como en mi vida personal.
Mi primer encuentro con Cande no fue el mejor sin embargo nuestra trayectoria durante 6 años nos ha hecho crecer, madurar y confiar, pero sobre todo, nos hemos convertido en cómplices y amigas.
Lo que empezó como una relación agridulce debido a los prejuicios y a ciertas influencias, ha evolucionado como un torbellino de confianza y absoluto respeto.


Cande es una mujer sentida, apasionada, agradecida, sincera y desinteresada, transparente, alegre, prudente pero preocupada y tremendamente generosa. Es una de esas personas que cuando entran en tu vida deseas que nunca vuelva a salir.
Por esta razón, les deseo lo mejor a Loren y a ella, que sean infinitamente felices y que yo lo vea. Más ahora con Morita, su nueva perrita.



Pasada la boda del jinete y su amazonas, nos trasladamos en barco a la isla del almogrote. Esta vez para asistir al enlace de mi queridísima "sister" Patricia Martorell y su ya reciente marido Fernando Camacho.
La pregunta que les persiguió durante todos los preparativos siempre la fue la misma: ¿POR QUÉ LA GOMERA?
Pues bien, la respuesta resultó muy sencilla: porque a los novios les dió la real gana, jajaja.
Durante su noviazgo, viajaron en repetidas ocasiones a la que para ellos, pasó a convertirse la isla del amor. Allí vivieron infinitas experiencias y momentos inolvidables y por esta razón, decidieron unirse  en la Gomera bajo el sacramento del santo matrimonio. La ceremonia se celebró en la ermita de Alajeró y el posterior banquete y fiesta en el Hotel Jardin Tecina, más concretamente en el Club Laurel.


Si existe alguna palabra para describir la boda de Patri y Fer es sin duda: MAGIA. Desde el momento en el que bajabas en el ascensor hacia el Club Laurel y por tanto a la celebración se podía respirar absoluto embrujo y encanto. Aquella decoración tan original y viajera te seducía por los cuatro costados. En cada detalle se podía sentir el amor y la pasión por su romance y por el viaje en común que habían decidido comenzar.
Las bengalas, los globos con los nombres de los comensales, el photocall, las cámaras, el candycorner para los niños, el álbum, las polaroid, la invitación en tarjeta de embarque, el detalle a la llegada al hotel y un largo etcétera... que te hacía participe de una fiesta que duró hasta altas horas de la madrugada.


Después del banquete, llegaba el momento más complicado para mí y para el resto de los testigos que tuvimos que dedicarles unas palabras a los novios. Confieso que esas líneas me dieron infinitos quebraderos de cabeza y que incluso por momentos me planteé renunciar, sin embargo creo que finalmente su efecto fue mucho mas satisfactorio del que esperaba.
Supongo que la guinda de mi discurso con un flashmob secreto fue el gran aliciente para dar comienzo a una noche tremendamente divertida.






Aún con rímel en las pestañas, bolsas en los ojos y un dolor de pies insufrible, nos despedíamos de La Gomera para viajar a Gran Canaria donde finalmente Rubén y yo asistíamos a la última pero quizá la más singular de las 3 bodas de nuestro maratón: Las Bodas de ORO de Pilar y Adalberto, los padres de Rubén.

 


Esta boda sin duda fue la más sencilla de todas por su carácter familiar pero aún así no dejó de ser mágica y embriagadora.
Sus hijos Ana María y Rubén quisieron tener un detalle muy poco convencional para unos novios de 73 y 77 años de edad y tras el objetivo de una cámara fotográfica, recorrimos el mismo camino veguetense que hicieron los novios desde la iglesia de Santo Domingo (donde se casaron) hasta la iglesia de San Antonio Abad pasando por la casa de Colón y la plaza Espíritu Santo también en Vegueta.
A su vez, el pequeño Jorge, apenas recién nacido, sumaba una alegría a la familia y a la celebración, haciendo alarde de un cruce de generaciones que continua la saga de los Domínguez Quintana.












Finalmente mi Octubre movidito concluye con la gran fiesta sorpresa que decidí organizarle a mi padre con motivo de su sexagésimo quinto cumpleaños y su jubilación.
Gracias a varios amigos cómplices como Nalu y Miguel Luis y a mi hermano Jorge, que sirvió como gancho para llevarlo hasta el Casino de Tenerife, lo que en principio había sido concebido como un encuentro entre amigos íntimos terminó siendo un festival con 90 invitados.


Mi padre siempre ha sido el alma de todas las fiestas y no es para menos porque haga lo que haga le encanta organizarlo. Creo que en eso nos parecemos bastante y estoy convencida de que se debe a la satisfacción que nos aporta sentir a todos nuestros amigos reunidos mientras disfrutan como enanos. Es la mejor retroalimentación positiva que se pueda recibir. Al menos para nosotros.


Además de sus dotes de organización, mi padre tiene otra virtud muy preciada, y es su poder de convocatoria. A medida que se acercaba el día de la sorpresa, la lista de invitados crecía por segundos, tanto que vino gente de todos sitios de la isla e incluso de Gran Canaria y la Península.























De hecho, dado el número de asistentes, la categoría del evento y mi calidad de anfitriona, me vi en la tesitura de dedicarles unas palabras a mi madre (también sorprendida) y por supuesto, también a mi padre. Esta vez, he de decir que saqué mis mejores armas comunicativas como humorista y me vine arriba con mis chistacos.

No obstante, siempre les agradeceré lo que me han enseñado y soy consciente de que se divirtieron y que muchos que no pudieron ir, pidieron hacer otro encuentro para felicitar a mi padre.
Gracias a todos por apreciarlo tanto.


  • Boda Cande & Loren .................... Mono blanco y negro de Blumynt
  • Boda Patri & Fer ........................... Vestido rosa palo (hecho a medida) Oscar de la Renta
  • Boda Adalberto & Pilar ................ Mono con peto negro de Zara
  • Cumple & Jubilacion Jesús ..........  Mono negro y verde de Zara






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